Fue un crujido seco, un latigazo imprevisible, un «tornado tremendo»; fue, en definitiva, un vasto derrumbe que este martes sacudió el centro de la capital. Y lo hizo con cuatro trabajadores, Dambele, Jorge, Alfa y Laura, atrapados en el interior del número 4 de la calle de las Hileras, un edificio antiguo de oficinas actualmente en reforma para construir un hotel de cuatro estrellas. Seis meses de intensos trabajos que minutos antes de las 13 horas se vinieron abajo, cuando, por causas aún desconocidas, el forjado cedió arrastrando tras de sí todas las plantas del inmueble, «como en un efecto dominó», según señalaron fuentes de la investigación. A media tarde, casi seis horas después del siniestro, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid iniciaban la búsqueda de los desaparecidos con perros de la Policía Municipal y de la asociación Unidad Canina de Rescate.Pasadas las once de la noche, tras una comparecencia anterior en la que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida avanzó la recuperación de un cadáver y la localización de otro, Emergencias Madrid ha confirmado la recuperación del segundo cuerpo sin vida de los cuatro trabajadores atrapados bajo los escombros. Por la mañana, Milagros, Pilar y Lourdes atendían a sus clientes en la peluquería PyL estilistas, ajenas a lo que acontecía en la acera de enfrente. «Hace unos meses iniciaron las obras y la verdad es que se han portado fenomenal. Siempre decíamos que ojalá todas fueran igual», recordaban, poco después de ser desalojadas a toda prisa. Pero algo falló en el interior del malogrado bloque, donde una nube de polvo blanco impregnó toda la calle tras quebrar los cristales de la primera planta. «He visto la nube y he salido muy rápido» , señalaba uno de los empleados, todavía con el susto en el cuerpo. La estructura vencida no afectó a todo el patio interior, un providencial espacio libre de escombros al que muchos corrieron a salvarle. Todos, salvo tres, lo hicieron ilesos. Pero al agruparse en la vía pública no tardaron en darse cuenta de que faltaban cuatro de ellos.Noticia Relacionada estandar Si Dambele, Jorge, Alfa y Laura, las cuatro vidas sepultadas bajo ocho metros de escombros Isabel Gutiérrez Rico Los bomberos han recuperado el cadáver de dos de los desaparecidos y siguen descombrando para encontrar a los dos que quedanHasta el lugar del siniestro acudieron 18 dotaciones de bomberos, con la misión de asegurar la zona y trabajar en la estabilización de la estructura con ayuda de los drones; también 13 unidades de Samur-Protección Civil, cuyos facultativos se encargaron de atender a los heridos, dos de carácter leve y un último que tuvo que ser hospitalizado por una fractura en la pierna; y la Policía Municipal, al frente de las averiguaciones al tratarse de un accidente laboral . Los agentes mantuvieron a lo largo del todo el día un amplio cordón de seguridad en el centro de la ciudad para facilitar el movimiento de los vehículos de emergencia y garantizar la seguridad.El caos, como era de esperar, se apoderó de un enclave cuyo paso fue rápidamente restringido. «Yo lo he visto en vivo, interiormente ha sido como un tornado tremendo. A nosotras nos han desalojado porque parece ser que el edificio está hueco por dentro y tiene riesgo de que la fachada se derrumbe hacia delante», revivía una de las peluqueras, instantes antes de entregar las llaves del cierre metálico a los bomberos para que se lo bajaran. Al igual que ellas, todos los residentes de las casas colindantes y las de enfrente tuvieron que ser desalojados en un primer momento y al regresar solo pudieron hacerlo acompañados del Cuerpo Municipal. Ya en la plaza de Herradores esquina con la calle de Felipe Neri, los servicios de emergencia montaron el puesto de mando, en un punto en el que concentraron a todos los asalariados de la obra. «De mi empresa hay tres desaparecidos» , sostenía uno de ellos, ataviado con un chaleco amarillo de Anka Demoliciones, sin saber qué pudo causar el derrumbe. Su compañero Keita tiene dos hijos y es de Mauritania. Tiene cincuenta años, los últimos veinte en España. Este martes, contaba a ABC que trabajan ocho horas diarias de lunes a viernes, con una hora para comer; dentro de un grupo de personas que se conoce desde hace tiempo y que suelen ir a las mismas obras. El hermano y un compañero de uno de los desaparecidos Isabel GutiérrezOtros trabajadores señalaron que estaban realizando tareas de demolición en la parte superior del inmueble cuando escucharon «un ruido enorme» y bajaron inmediatamente por las escaleras. Mientras, el hermano y un compañero de uno de los atrapados esperaban informaciones en uno de las accesos a la calle Arenal, al tiempo que un grupo de estudiantes de la Universidad TeamLabs añadían que estaban justo cruzando la calle cuando oyeron un estruendo enorme.Una grúa en el bloqueA la espera de conocer las causas del siniestro, unas labores que podrían demorarse hasta varios meses, una grúa (instalada en el interior del edificio el pasado 29 de junio) suscitó buena parte de los rumores. Los obreros permanecieron dentro del cordón de la Policía Municipal hasta pasadas las 18 horas. Junto a ellos también estuvieron presentes cuatro representantes de la propiedad y algunos familiares de las víctimas.Interior del edificio derrumbado abcPor parte de la C omunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, junto con el consejero de Interior, Carlos Novillo, y la consejera de Sanidad, Fátima Matute, acudieron al enclave. Y del lado municipal, la vicealcaldesa y delegada de Seguridad y Emergencias, Inma Sanz, y el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, también hicieron lo propio. El alcalde Almeida, de viaje en Londres por un evento sobre retos locales, canceló su agenda tras enterarse de lo ocurrido y se personó a eso de las diez de la noche en la zona para confirmar el hallazgo de los dos primeros cuatro cadáveres.La propia Inma Sanz apuntó a la gran cantidad de escombros, hasta ocho metros en total, por lo que las labores de desescombro durarán «bastante tiempo». A última hora de la tarde, los bomberos continuaban realizando apeos y desescombrando a mano para la retirada de elementos pesados y piezas grandes. Los servicios de emergencia informaban de que la fachada se mantiene, dado que los escombros de la zona dañada habían caído hacia el interior. No fue sino hasta pasadas las tres de la mañana que rescataban los cuerpos de los otros dos desaparecidos, confirmando así la muerte de Dambele, Jorge, Alfa y Laura. Fue un crujido seco, un latigazo imprevisible, un «tornado tremendo»; fue, en definitiva, un vasto derrumbe que este martes sacudió el centro de la capital. Y lo hizo con cuatro trabajadores, Dambele, Jorge, Alfa y Laura, atrapados en el interior del número 4 de la calle de las Hileras, un edificio antiguo de oficinas actualmente en reforma para construir un hotel de cuatro estrellas. Seis meses de intensos trabajos que minutos antes de las 13 horas se vinieron abajo, cuando, por causas aún desconocidas, el forjado cedió arrastrando tras de sí todas las plantas del inmueble, «como en un efecto dominó», según señalaron fuentes de la investigación. A media tarde, casi seis horas después del siniestro, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid iniciaban la búsqueda de los desaparecidos con perros de la Policía Municipal y de la asociación Unidad Canina de Rescate.Pasadas las once de la noche, tras una comparecencia anterior en la que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida avanzó la recuperación de un cadáver y la localización de otro, Emergencias Madrid ha confirmado la recuperación del segundo cuerpo sin vida de los cuatro trabajadores atrapados bajo los escombros. Por la mañana, Milagros, Pilar y Lourdes atendían a sus clientes en la peluquería PyL estilistas, ajenas a lo que acontecía en la acera de enfrente. «Hace unos meses iniciaron las obras y la verdad es que se han portado fenomenal. Siempre decíamos que ojalá todas fueran igual», recordaban, poco después de ser desalojadas a toda prisa. Pero algo falló en el interior del malogrado bloque, donde una nube de polvo blanco impregnó toda la calle tras quebrar los cristales de la primera planta. «He visto la nube y he salido muy rápido» , señalaba uno de los empleados, todavía con el susto en el cuerpo. La estructura vencida no afectó a todo el patio interior, un providencial espacio libre de escombros al que muchos corrieron a salvarle. Todos, salvo tres, lo hicieron ilesos. Pero al agruparse en la vía pública no tardaron en darse cuenta de que faltaban cuatro de ellos.Noticia Relacionada estandar Si Dambele, Jorge, Alfa y Laura, las cuatro vidas sepultadas bajo ocho metros de escombros Isabel Gutiérrez Rico Los bomberos han recuperado el cadáver de dos de los desaparecidos y siguen descombrando para encontrar a los dos que quedanHasta el lugar del siniestro acudieron 18 dotaciones de bomberos, con la misión de asegurar la zona y trabajar en la estabilización de la estructura con ayuda de los drones; también 13 unidades de Samur-Protección Civil, cuyos facultativos se encargaron de atender a los heridos, dos de carácter leve y un último que tuvo que ser hospitalizado por una fractura en la pierna; y la Policía Municipal, al frente de las averiguaciones al tratarse de un accidente laboral . Los agentes mantuvieron a lo largo del todo el día un amplio cordón de seguridad en el centro de la ciudad para facilitar el movimiento de los vehículos de emergencia y garantizar la seguridad.El caos, como era de esperar, se apoderó de un enclave cuyo paso fue rápidamente restringido. «Yo lo he visto en vivo, interiormente ha sido como un tornado tremendo. A nosotras nos han desalojado porque parece ser que el edificio está hueco por dentro y tiene riesgo de que la fachada se derrumbe hacia delante», revivía una de las peluqueras, instantes antes de entregar las llaves del cierre metálico a los bomberos para que se lo bajaran. Al igual que ellas, todos los residentes de las casas colindantes y las de enfrente tuvieron que ser desalojados en un primer momento y al regresar solo pudieron hacerlo acompañados del Cuerpo Municipal. Ya en la plaza de Herradores esquina con la calle de Felipe Neri, los servicios de emergencia montaron el puesto de mando, en un punto en el que concentraron a todos los asalariados de la obra. «De mi empresa hay tres desaparecidos» , sostenía uno de ellos, ataviado con un chaleco amarillo de Anka Demoliciones, sin saber qué pudo causar el derrumbe. Su compañero Keita tiene dos hijos y es de Mauritania. Tiene cincuenta años, los últimos veinte en España. Este martes, contaba a ABC que trabajan ocho horas diarias de lunes a viernes, con una hora para comer; dentro de un grupo de personas que se conoce desde hace tiempo y que suelen ir a las mismas obras. El hermano y un compañero de uno de los desaparecidos Isabel GutiérrezOtros trabajadores señalaron que estaban realizando tareas de demolición en la parte superior del inmueble cuando escucharon «un ruido enorme» y bajaron inmediatamente por las escaleras. Mientras, el hermano y un compañero de uno de los atrapados esperaban informaciones en uno de las accesos a la calle Arenal, al tiempo que un grupo de estudiantes de la Universidad TeamLabs añadían que estaban justo cruzando la calle cuando oyeron un estruendo enorme.Una grúa en el bloqueA la espera de conocer las causas del siniestro, unas labores que podrían demorarse hasta varios meses, una grúa (instalada en el interior del edificio el pasado 29 de junio) suscitó buena parte de los rumores. Los obreros permanecieron dentro del cordón de la Policía Municipal hasta pasadas las 18 horas. Junto a ellos también estuvieron presentes cuatro representantes de la propiedad y algunos familiares de las víctimas.Interior del edificio derrumbado abcPor parte de la C omunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, junto con el consejero de Interior, Carlos Novillo, y la consejera de Sanidad, Fátima Matute, acudieron al enclave. Y del lado municipal, la vicealcaldesa y delegada de Seguridad y Emergencias, Inma Sanz, y el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, también hicieron lo propio. El alcalde Almeida, de viaje en Londres por un evento sobre retos locales, canceló su agenda tras enterarse de lo ocurrido y se personó a eso de las diez de la noche en la zona para confirmar el hallazgo de los dos primeros cuatro cadáveres.La propia Inma Sanz apuntó a la gran cantidad de escombros, hasta ocho metros en total, por lo que las labores de desescombro durarán «bastante tiempo». A última hora de la tarde, los bomberos continuaban realizando apeos y desescombrando a mano para la retirada de elementos pesados y piezas grandes. Los servicios de emergencia informaban de que la fachada se mantiene, dado que los escombros de la zona dañada habían caído hacia el interior. No fue sino hasta pasadas las tres de la mañana que rescataban los cuerpos de los otros dos desaparecidos, confirmando así la muerte de Dambele, Jorge, Alfa y Laura.
Fue un crujido seco, un latigazo imprevisible, un «tornado tremendo»; fue, en definitiva, un vasto derrumbe que este martes sacudió el centro de la capital. Y lo hizo con cuatro trabajadores, Dambele, Jorge, Alfa y Laura, atrapados en el interior del número 4 de la … calle de las Hileras, un edificio antiguo de oficinas actualmente en reforma para construir un hotel de cuatro estrellas. Seis meses de intensos trabajos que minutos antes de las 13 horas se vinieron abajo, cuando, por causas aún desconocidas, el forjado cedió arrastrando tras de sí todas las plantas del inmueble, «como en un efecto dominó», según señalaron fuentes de la investigación. A media tarde, casi seis horas después del siniestro, los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid iniciaban la búsqueda de los desaparecidos con perros de la Policía Municipal y de la asociación Unidad Canina de Rescate.
Pasadas las once de la noche, tras una comparecencia anterior en la que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida avanzó la recuperación de un cadáver y la localización de otro, Emergencias Madrid ha confirmado la recuperación del segundo cuerpo sin vida de los cuatro trabajadores atrapados bajo los escombros.
Por la mañana, Milagros, Pilar y Lourdes atendían a sus clientes en la peluquería PyL estilistas, ajenas a lo que acontecía en la acera de enfrente. «Hace unos meses iniciaron las obras y la verdad es que se han portado fenomenal. Siempre decíamos que ojalá todas fueran igual», recordaban, poco después de ser desalojadas a toda prisa. Pero algo falló en el interior del malogrado bloque, donde una nube de polvo blanco impregnó toda la calle tras quebrar los cristales de la primera planta. «He visto la nube y he salido muy rápido», señalaba uno de los empleados, todavía con el susto en el cuerpo. La estructura vencida no afectó a todo el patio interior, un providencial espacio libre de escombros al que muchos corrieron a salvarle. Todos, salvo tres, lo hicieron ilesos. Pero al agruparse en la vía pública no tardaron en darse cuenta de que faltaban cuatro de ellos.
Hasta el lugar del siniestro acudieron 18 dotaciones de bomberos, con la misión de asegurar la zona y trabajar en la estabilización de la estructura con ayuda de los drones; también 13 unidades de Samur-Protección Civil, cuyos facultativos se encargaron de atender a los heridos, dos de carácter leve y un último que tuvo que ser hospitalizado por una fractura en la pierna; y la Policía Municipal, al frente de las averiguaciones al tratarse de un accidente laboral. Los agentes mantuvieron a lo largo del todo el día un amplio cordón de seguridad en el centro de la ciudad para facilitar el movimiento de los vehículos de emergencia y garantizar la seguridad.

Edificio
afectado
Palacio Real
Calle Hileras, 4
DISTRITO
CENTRO
C/ Mayor
Plaza
Mayor
Fuente: MapTiler y elaboración propia / ABC

Edificio
afectado
Palacio Real
Calle Hileras, 4
DISTRITO
CENTRO
C/ Mayor
Plaza
Mayor
Fuente: MapTiler y elaboración propia / ABC
El caos, como era de esperar, se apoderó de un enclave cuyo paso fue rápidamente restringido. «Yo lo he visto en vivo, interiormente ha sido como un tornado tremendo. A nosotras nos han desalojado porque parece ser que el edificio está hueco por dentro y tiene riesgo de que la fachada se derrumbe hacia delante», revivía una de las peluqueras, instantes antes de entregar las llaves del cierre metálico a los bomberos para que se lo bajaran. Al igual que ellas, todos los residentes de las casas colindantes y las de enfrente tuvieron que ser desalojados en un primer momento y al regresar solo pudieron hacerlo acompañados del Cuerpo Municipal.
Ya en la plaza de Herradores esquina con la calle de Felipe Neri, los servicios de emergencia montaron el puesto de mando, en un punto en el que concentraron a todos los asalariados de la obra. «De mi empresa hay tres desaparecidos», sostenía uno de ellos, ataviado con un chaleco amarillo de Anka Demoliciones, sin saber qué pudo causar el derrumbe. Su compañero Keita tiene dos hijos y es de Mauritania. Tiene cincuenta años, los últimos veinte en España. Este martes, contaba a ABC que trabajan ocho horas diarias de lunes a viernes, con una hora para comer; dentro de un grupo de personas que se conoce desde hace tiempo y que suelen ir a las mismas obras.
Isabel Gutiérrez
Otros trabajadores señalaron que estaban realizando tareas de demolición en la parte superior del inmueble cuando escucharon «un ruido enorme» y bajaron inmediatamente por las escaleras. Mientras, el hermano y un compañero de uno de los atrapados esperaban informaciones en uno de las accesos a la calle Arenal, al tiempo que un grupo de estudiantes de la Universidad TeamLabs añadían que estaban justo cruzando la calle cuando oyeron un estruendo enorme.
Una grúa en el bloque
A la espera de conocer las causas del siniestro, unas labores que podrían demorarse hasta varios meses, una grúa (instalada en el interior del edificio el pasado 29 de junio) suscitó buena parte de los rumores. Los obreros permanecieron dentro del cordón de la Policía Municipal hasta pasadas las 18 horas. Junto a ellos también estuvieron presentes cuatro representantes de la propiedad y algunos familiares de las víctimas.
abc
Por parte de la Comunidad de Madrid, la presidenta Isabel Díaz Ayuso, junto con el consejero de Interior, Carlos Novillo, y la consejera de Sanidad, Fátima Matute, acudieron al enclave. Y del lado municipal, la vicealcaldesa y delegada de Seguridad y Emergencias, Inma Sanz, y el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, también hicieron lo propio. El alcalde Almeida, de viaje en Londres por un evento sobre retos locales, canceló su agenda tras enterarse de lo ocurrido y se personó a eso de las diez de la noche en la zona para confirmar el hallazgo de los dos primeros cuatro cadáveres.
La propia Inma Sanz apuntó a la gran cantidad de escombros, hasta ocho metros en total, por lo que las labores de desescombro durarán «bastante tiempo». A última hora de la tarde, los bomberos continuaban realizando apeos y desescombrando a mano para la retirada de elementos pesados y piezas grandes. Los servicios de emergencia informaban de que la fachada se mantiene, dado que los escombros de la zona dañada habían caído hacia el interior. No fue sino hasta pasadas las tres de la mañana que rescataban los cuerpos de los otros dos desaparecidos, confirmando así la muerte de Dambele, Jorge, Alfa y Laura.
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