El 79º aniversario de Donald Trump no se celebrará con globos, un partido de golf y una comida familiar en Mar-a-Lago, sino con tanques, cazas y un desfile de soldados americanos en frente de su residencia presidencial, la Casa Blanca. El autoritario líder, que nunca escondió su asombro por Vladimir Putin, Xi Jinping o Kim Jong Un, aprovecha esta tarde la coincidencia con el 250º aniversario de las Fuerzas Armadas para regalarse un baño de masas militar en la capital de Estados Unidos.
El inusual y espectacular desfile conmemora los 250 años de las Fuerzas Armadas, pero coincide con el aniversario del presidente
El 79º aniversario de Donald Trump no se celebrará con globos, un partido de golf y una comida familiar en Mar-a-Lago, sino con tanques, cazas y un desfile de soldados americanos en frente de su residencia presidencial, la Casa Blanca. El autoritario líder, que nunca escondió su asombro por Vladimir Putin, Xi Jinping o Kim Jong Un, aprovecha esta tarde la coincidencia con el 250º aniversario de las Fuerzas Armadas para regalarse un baño de masas militar en la capital de Estados Unidos.
El último gran desfile bélico en la primera potencia mundial tuvo lugar el 27 de junio de 1991, para celebrar la victoria en la Guerra del Golfo Pérsico. Fue organizado por George H. W. Bush y fue el primero de ese tipo desde la Segunda Guerra Mundial. Trump no celebrará hoy ninguna victoria en el extranjero, sino su músculo y patriotismo, y su utilización del ejército de todos para sus propias batallas políticas.
Cientos de marchas bajo el lema “Sin Reyes” mostrarán su rechazo al autoritarismo de Trump por todo el país
La polarización que atraviesa el EE.UU. será este sábado especialmente visible. En el resto del país, tendrán lugar manifestaciones en cientos de ciudades y pueblos bajo el lema “No Kings” (Sin Reyes), a modo de denuncia de las prácticas antidemocráticas del mandatario y su desprecio por la separación de poderes y la Constitución. Su asalto a la autoridad del legislativo (mediante órdenes ejecutivas y declaraciones de emergencia) y del judicial (desobedeciendo órdenes de magistrados y acusándolos de activistas) se ha ampliado en la última semana a otro contrapoder, el de los estados federados. En Washington, otras organizaciones han convocado manifestaciones, aunque Trump ya ha avisado que aquellos que quieran protestar “se van a encontrar con una fuerza contundente”.
El presidente federalizó y desplegó en California a 4.000 reservistas de la Guardia Nacional y otros 700 marines para asistir en la contención de las protestas contra sus redadas migratorias en Los Ángeles, así como para acompañar a los agentes migratorios en dichos operativos. El gobernador, Gavin Newsom, denunció esa acción alegando que violaba la Décima Enmienda de la Constitución y suponía una invasión ilegal de las competencias estatales, señalando el martes en un contundente mensaje televisado que “la democracia está bajo asalto ante nuestros ojos”. La demanda ha desembocado en una batalla judicial, que con toda probabilidad terminará en el Tribunal Supremo.
En aquel discurso, Newsom criticó el desfile que tendrá lugar esta tarde: “Ha obligado a nuestros héroes estadounidenses, al ejército de los Estados Unidos, a hacer un espectáculo vulgar para celebrar su cumpleaños, tal y como han hecho otros dictadores fracasados en el pasado”. También se han pronunciado en contra congresistas demócratas y republicanos (la mayoría de los cuales no asistirá), así como veteranos del ejército, que preferirían destinar la gigantesca suma de dinero (entre 20 y 40 millones de dólares según las Fuerzas Armadas) en mejorar las condiciones de quienes han servido al país en sus guerras eternas el extranjero.
“Los estadounidenses, y en particular los veteranos, ven esto como una exhibición de vanidad de Trump”, dijo el congresista Jason Crow, demócrata de Colorado y exranger del Ejército, que sirvió en Irak y Afganistán. “Han recortado drásticamente la atención médica a los veteranos, las tropas han pasado años lejos de sus familias durante la última década combatiendo en guerras contra el terrorismo, los barracones se están cayendo a pedazos en muchas bases… ¿y vamos a gastar más de 50 millones de dólares para hacer desfilar tanques por las calles de Washington? No tiene sentido”.
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El espectacular despliegue de poder por el 250º aniversario de las Fuerzas Armadas comenzó el martes, con un discurso político de Trump en la principal base militar del país, la de Fort Bragg, en Carolina del Norte. Allí el presidente prometió dar las mejores armas a sus soldados “para aniquilar a nuestros enemigos”, eliminar la presunta “ideología woke” para restaurar el “espíritu guerrero” del ejército y celebró las victorias militares de la historia de EE.UU., sin las cuales “todos vosotros estaríais hablando alemán, y quizás un poco de japonés”. Entre los vítores de los soldados presentes, y presentado con su himno de campaña, God Bless the USA, convirtió en un mitin su discurso de una hora, que centró en gran parte en la necesidad de usar al ejército para “liberar Los Ángeles de la anarquía”.
Trump está usando al ejército para su beneficio doméstico, pero ayer, tras el ataque de Israel sobre Irán, volvió a amenazar con usarlo contra el enemigo externo, advirtiendo a Teherán con destruir su país por completo si no firma un acuerdo que limite su programa nuclear con Washington.
La celebración continuará esta tarde, en el conocido como Día de la Bandera, si las condiciones meteorológicas lo permiten, pues el portavoz de las Fuerzas Armadas advirtió que podría posponerse. A las 18:30h (las 0:30h de la madrugada española) una treintena de tanques recorrerán las calles de Washington, 50 aeronaves surcarán los cielos y 6.600 soldados caminarán de oeste a este de la Avenida de la Constitución, desde la altura del memorial a Abraham Lincoln hasta el sur de la Casa Blanca.
Lo harán según el orden de las distintas guerras libradas por el país: primero los caballos y la infantería en la vestimenta de la guerra de independencia y la guerra civil; después los tanques, jeeps y aviones militares de las dos guerras mundiales; pasando por los avances tecnológicos de la Guerra Fría y culminando por el periodo posterior al atentado de las Torres gemelas del 11 de septiembre del 2001. Finalmente, desfilará el armamento de la era moderna, incluidos los tanques Abrams M1 (usados, entre otras guerras, en Ucrania), los helicópteros Black Hawk o los blindados Stryker.
Cuando termine el desfile, se celebrará un concierto en la Elipse, el mismo lugar desde el que hace cuatro años Trump animó a sus seguidores a asaltar el Capitolio, y el inédito cumpleaños del republicano, el mandatario de más edad en jurar el cargo, terminará con un festival de fuegos artificiales.
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