El Gobierno del primer ministro de Polonia, Donald Tusk, sobrevivió este miércoles a una moción de confianza parlamentaria, planteada por el propio Tusk después de la victoria en las elecciones presidenciales del candidato de la oposición, el ultranacionalista conservador Karol Nawrocki. El Ejecutivo de coalición recibió el respaldo de 243 votos del Sejm (Cámara Baja del Parlamento) en Varsovia, frente a 210 votos en contra. No hubo abstenciones.
El primer ministro liberal busca relanzar su heterogénea coalición y anuncia posibles controles parciales de la migración este verano en la frontera con Alemania
El Gobierno del primer ministro de Polonia, Donald Tusk, sobrevivió este miércoles a una moción de confianza parlamentaria, planteada por el propio Tusk después de la victoria en las elecciones presidenciales del candidato de la oposición, el ultranacionalista conservador Karol Nawrocki. El Ejecutivo de coalición recibió el respaldo de 243 votos del Sejm (Cámara Baja del Parlamento) en Varsovia, frente a 210 votos en contra. No hubo abstenciones.
Objetivo de la moción para Tusk: llamar al orden y a cerrar filas a su variopinta coalición de Gobierno, que va del centroderecha a la izquierda, y que lleva meses desubicada y desunida. La derrota en las urnas presidenciales el pasado 1 de junio, aunque por estrecho margen, del candidato de Tusk, el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, propinó un severo revés al Gobierno europeísta de Polonia, que había echado a andar en diciembre del 2023. Lo logró al vencer en las elecciones generales de ese mismo año al partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), que llevaba ocho años gobernando.
El primer ministro liberal Tusk anuncia una remodelación del Consejo de Ministros en julio en respuesta al triunfo en las elecciones presidenciales del candidato ultranacionalista, Karol Nawrocki
Sin embargo, haber ganado la moción de confianza parlamentaria no mitigará los retos que plantea al Gobierno de Tusk la próxima llegada a la presidencia de Nawrocki ni le dará un gran respiro político. Técnicamente, esta legislatura concluye en otoño del 2027, pero aletea el riesgo de elecciones anticipadas el año próximo.
La coalición de Gobierno está formada por tres grupos: Coalición Cívica (KO), la coalición encabezada por el partido de Tusk, Plataforma Cívica (PO); Tercera Vía –coalición del centrista democristiano Polonia 2050 y del Partido del Pueblo Polaco (PSL), heredero del antiguo partido campesino-; y la izquierdista Lewica.
En Polonia, el presidente tiene un rol de representación y cierta influencia en la política exterior y de defensa, pero su poder clave reside en el derecho de veto legislativo, que puede utilizar para obstruir la labor de un primer ministro de otra corriente ideológica.
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En busca de relanzar su Gobierno, Tusk dijo a los diputados que en julio remodelará el Consejo de Ministros con “caras nuevas y un cambio en la estructura”. También anunció que Polonia podría introducir este verano controles parciales en su frontera con Alemania, y que los grupos de migrantes devueltos desde Alemania a Polonia serán “revisados con mucho cuidado”. La migración ha sido un asunto muy presente en la campaña electoral de las presidenciales.
También anunció que en pocos días nombrará un portavoz gubernamental, figura hasta ahora ausente de su equipo, y que ejercía él mismo, por lo que sus socios le reprochaban un hiperliderazgo contraproducente. “Quizás fue un error pensar que la verdad se defendería por sí misma”, dijo Tusk para justificar que ahora sí ve necesario un portavoz que explique a la opinión pública las iniciativas de su Gobierno.
Kacper Pempel / REUTERS
Tusk admitió que el futuro presidente Nawrocki –que tomará posesión el 6 de agosto- será “al menos igual de reacio” a sus iniciativas que el jefe del Estado saliente, Andrzej Duda, también afín al PiS y que ha vetado varias leyes impulsadas por el Gobierno de Tusk en el último año y medio. “Conozco el sabor de la victoria y la amargura de la derrota”, afirmó Donald Tusk, alertando de que no conoce el significado de la palabra “capitulación”.
Los analistas apuntan a que Karol Nawrocki, simpatizante del presidente estadounidense Donald Trump, y considerado un personaje más duro en sus convicciones ultraconservadoras que el saliente Andrzej Duda, intentará sabotear la labor del Gobierno europeísta de Trump y fortalecer al PiS, partido que le apoyó en la carrera presidencial, a la que concurrió técnicamente como candidato independiente.
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