El historiador francés Stéphane Audoin-Rouzeau es uno de los mayores expertos en la Primera Guerra Mundial, un conflicto que compara con el de Ucrania. Como ya hizo en abril ante el Senado, Audoin-Rouzeau sostiene ante La Vanguardia que, lamentablemente, Ucrania ya ha perdido la guerra con Rusia, aunque muchos se nieguen a verlo, y Europa tendrá que asumir las consecuencias.
El historiador francés cree que “los occidentales caímos en la trampa de pensar que Putin sería racional”
El historiador francés Stéphane Audoin-Rouzeau es uno de los mayores expertos en la Primera Guerra Mundial, un conflicto que compara con el de Ucrania. Como ya hizo en abril ante el Senado, Audoin-Rouzeau sostiene ante La Vanguardia que, lamentablemente, Ucrania ya ha perdido la guerra con Rusia, aunque muchos se nieguen a verlo, y Europa tendrá que asumir las consecuencias.
Antes del 24 de febrero del 2022, todos los expertos veían absurdo que Vladímir Putin fuera a desencadenar la guerra. Pero aun así lo hizo. ¿Por qué?
Ese es precisamente el problema de la trampa que supuso para nosotros los occidentales, sobre todo los europeos occidentales, el período previo a la guerra. Todos los expertos pensaban que una entrada en guerra de Rusia sería una decisión irracional y que, siendo Putin un líder racional, no cometería tal error. Este fallo nuestro hizo ineficaces los intentos de disuadir a Rusia antes del 24 de febrero. Pero el verdadero problema es que el tiempo de guerra no es el mismo que el tiempo de paz: el primero tiene su propia lógica. Mucho antes del 24 de febrero, el poder ruso ya había entrado en un tiempo de guerra: nuestro error fue no comprenderlo.
¿Ve en esta ceguera de Occidente un paralelismo con la Primera Guerra Mundial?
Absolutamente. En verano de 1914, la decisión de las grandes potencias de entrar en guerra era irracional desde todos los puntos de vista, sobre todo debido a su interdependencia económica y financiera: era evidente que se arruinarían mutuamente, como señaló un pacifista liberal como Norman Angell en su superventas The Great Illusion (1910) . Pero esa irracionalidad de la guerra no impidió a los líderes tomar la decisión fatal. Se impusieron los cálculos estratégicos y geopolíticos y no la percepción “racional” de la catástrofe que representaba una guerra general en Europa.
Estamos nuevamente ante una guerra de posiciones, en un frente casi congelado desde hace meses. ¿Le ha sorprendido esto?
Sí, bastante. Hay muy pocos ejemplos de guerras de posiciones en la época contemporánea: ocurrió durante la Gran Guerra entre finales de 1914 y la primavera de 1918; en la guerra Irán-Irak de 1980-1988; y ahora en el conflicto ruso-ucraniano. Fue sorprendente asistir al renacimiento de un tipo de enfrentamiento que se creía desaparecido desde hacía mucho tiempo en Europa y estaba vinculado a la tecnología militar que había a principios del siglo XX.
“Ucrania perdió la guerra tras el fracaso de la contraofensiva de primavera del 2023”
¿La utilización de los drones es el elemento táctico principal de este conflicto?
Sí, eso parece. Hasta el 2024, el cañón era el arma dominante en el campo de batalla. ¡Como en 1914-1918, otra vez! Pero a partir del 2024, el dron se ha consolidado como la herramienta táctica determinante: es ahora la que inflige el mayor número las pérdidas al adversario. Y lamentablemente, igual que la superioridad en artillería estaba del lado ruso, parece que ocurre lo mismo con los drones. Este ejemplo de los drones muestra en todo caso hasta qué punto la guerra es una actividad capaz de transformarse a gran velocidad, imponiendo la necesidad de adaptarse si se quiere tomar ventaja frente al enemigo.
En una audiencia en el Senado, en abril, dijo que Ucrania ya había perdido la guerra. ¿Por qué esa certeza, o ese derrotismo?
Desde el principio he sido un ferviente partidario de Ucrania, y decir que, en mi opinión, Ucrania ha perdido la guerra, en el momento en que hablamos, me causa una gran tristeza. De hecho, no lo diría si fuera ucraniano, pero desde Francia hay que ser lo más lúcido posible. La mayoría de los observadores no ven la derrota ucraniana porque en una guerra de posiciones es difícil percibirla. Pensemos un momento en la Primera Guerra Mundial, que ofrece similitudes sorprendentes. Imaginemos que a principios de octubre de 1918 se hubiese reunido en un país neutral a un grupo de expertos para pedirles su opinión. Y supongamos que alguien dijera entonces que Alemania ya había perdido la guerra. ¡Todos habrían protestado! En esa fecha, el Reich aún ocupaba vastos territorios al este a expensas de Rusia, desde el tratado de Brest-Litovsk. Ocupaba toda Bélgica y grandes porciones del territorio francés. Ciertamente, el ejército alemán retrocedía desde el verano, pero en ningún lugar el frente alemán había colapsado realmente. ¿Dónde estaba entonces la derrota alemana a principios de octubre de 1918? En realidad la derrota era segura desde julio-agosto, desde la decisión fatal de la guerra submarina sin restricciones tomada en febrero de 1917, que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra. En el verano de 1918, la derrota alemana era un hecho, pero aún no era visible. Desde ese verano, el alto mando alemán comprendió la catástrofe, pero no así el poder político, y mucho menos la opinión pública alemana, que nunca llegó a entender la derrota. Pues bien, me parece que estamos en esa situación con Ucrania, que en mi opinión perdió la guerra tras el fracaso de la contraofensiva de la primavera y el verano del 2023. Sin embargo, la relativa invisibilidad de esta derrota, al menos por ahora, aún permite sostener discursos vacíos, especialmente en Occidente.
¿Cree que Trump tiene razón al aplicar la realpolitik , al querer acomodarse con Putin? ¿Podría evolucionar su posición ?
Parece que está empezando a evolucionar. Pero me impresiona la enorme diferencia entre la habilidad diplomática rusa y la improvisación estadounidense.
Al final de esta guerra, probablemente no habrá un tratado de Versalles, como en 1919. ¿Cómo imagina el panorama geopolítico europeo en el día después?
Es muy difícil para un historiador responder a una pregunta como la suya: la historia no ofrece ninguna capacidad predictiva y además hay demasiadas incógnitas, especialmente sobre cómo será la derrota ucraniana… y la nuestra, la de los europeos junto con ella, ya que esa derrota también será nuestra derrota. Lo que creo es que, a partir de entonces, habrá un enemigo que nos señalará: y nos llevará mucho tiempo y esfuerzo asumir las consecuencias de ello.
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