Los Mundiales de Singapur vivieron el primer récord mundial y la primera decepción. El récord llegó a cargo de Léon Marchand, que no esperó a la final para borrar al estadounidense Ryan Lochte de la lista de los 200 estilos. El francés se cargó a Phelps y ahora a su compatriota, y se convierte en el mejor estilista ya de la historia, capaz de llevar las marcas a otros límites. Sus 1m52.69 dejan en anécdota los 1m54s00 del estadounidense.
Luca Hoek batió de nuevo el récord de España de los 100 libre, donde Pan Zhanle se quedó sin final
Los Mundiales de Singapur vivieron el primer récord mundial y la primera decepción. El récord llegó a cargo de Léon Marchand, que no esperó a la final para borrar al estadounidense Ryan Lochte de la lista de los 200 estilos. El francés se cargó a Phelps y ahora a su compatriota, y se convierte en el mejor estilista ya de la historia, capaz de llevar las marcas a otros límites. Sus 1m52.69 dejan en anécdota los 1m54s00 del estadounidense.
Otra de las grandes carreras se quedó por el camino porque nada fue lo que parecía. David Popovici dijo que llegaba relajado y voló en las semifinales de los 100 libre para registrar un tiempo cercano a su récord europeo (46s84). Pan Zhanle, el chino plusmarquista mundial en los Juegos de París, que llevó la marca a otra dimensión (46s40), se quedó fuera de la final al confiarse en su serie o al no haber llegado con la preparación adecuada. Se borró de los 200 y no pasó el corte en el hectómetro (47s81). Se fue un silencio, sin hacer ruido, dejando atrás el estruendo de su marca y su oro en París.
De esta manera, los 100 libre, la prueba reina, deja al rumano como máximo favorito aunque le ha salido un rival inesperado que se posicionó como el tercer nadador de la historia y superó el récord de América. Ni César Cielo, con bañador mágico, ni Caeleb Dressel llegaron dónde este licenciado en Económicas por la Universidad de Berkeley, California, lo hizo, a esos 48s81 que le convierten en el Pan Zhanle de la final en su duelo con Popovici. Jack Alexy tiene 22 años. Cada vez son más nadadores los que superan la barrera de los 47 segundos o se acercan.
Cuando era pequeño me ponía nervioso, pero ahora salgo a por todo”
Luca HoekNadador español de 100 libre
España siempre ha estado un paso por detrás en la velocidad, pero ahora tiene motivos suficientes para esperanzarse. Luca Hoek es un torpedo. Por la mañana había batido el récord español con 48.24 y por la tarde estuvo muy cerca de bajar de esa barrera, con 48.04 y unos primeros 50 metros que fueron “los mejores que he hecho mi carrera”. Lógico, tiene 17 años y lo mejor está por llegar.
Este año se ha entrenado en el CAR de Sant Cugat con Ben Titley, y reconoce que ha mejorado “la primera parte de estos 100”. Su salida es explosiva, una fuerza de la naturaleza que salta del trampolín a por su presa. Emergió del agua el primero, por delante de Chalmers o Zhanle, y tiró de piernas para tocar con 22s56 antes que nadie. Ahí está su potencial. Hoek es un nadador de 50 que necesita pulir los detalles para ser top mundial en los 100, que se fija en “los mejores” y que le encanta “Popovici”, del que además destaca su “humildad, porque nos da la mano a todos”. Y, lo más importante, se crece en los grandes escenarios.

Jeremy Lee / Reuters
”Cuando era pequeño me ponía más nervioso, pero ahora no, salgo motivado a dar lo mejor, escuchó los aplausos y me gusta”, explicó en la zona mixta del World Aquatic Arena de Singapur. A falta de un relevo más al que puede aspirar a nadar, Hoek sí se irá del país asiático con la certeza de que es ya el mejor velocista español y una de las futuras estrellas si mantiene esta mejora. La barrera de los 48 la tiene ya a tocar.
Todo esto aconteció con los espectadores ya cansados de aplaudir por una jornada apasionante cargada de sorpresas. No lo es tanto que un tunecino gané los 800 libre. Después de Oussama Mellouli y Ahmed Hafnaui, le tocó el turno a Ahmed Jaouadi, que estableció la tercera mejor marca de la historia (7m36s88). A partir de los 200 metros, empezó a marcar parciales de 28 segundos y sus rivales vieron como en cada largo estaba más lejos. Ganó son suficiencia y con una batida de pies que inundó las calles anexas. Eso no eran piernas, eran turbinas. La plata y el bronce fueron para Alemania: Sven Schwarz y el oro en el 400 Luka Maertens.
Los campeones de la jornada
Jaouadi, O’Callaghan, Orlando, Cerasuelo y el relevo ruso se llevaron los oros
Más previsible fue la victoria de Moggie O’Callaghan en los 200 libre. La australiana, ante la ausencia de Ariarne Titmus, no tiene rival. Sus subacuáticos la impulsan, como su final de carrera. Tocó con 1m53s48, por delante de la china Bingjie Li, la más aplaudida, con un tiempo de 1m54s52. El bronce fue para la estadounidense de 18 años, que había sufrido al comienzo un virus estomacal por intoxicación, Clara Weinstein, con 1m54s67.
En la dos tres últimas finales de la jornada, el estadounidense Luca Orlando hizo buenos los pronósticos y fue el más rápido en los 200 mariposa (1m51s87) mientras que en los 50 braza sorprendió el italiano Simone Cerasuelo (26s54). Y Rusia, que compite sin nombre ni bandera, ganó con holgura pero sin récord mundial el relevo 4×100 mixto.
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Llegó otro de los platos fuertes de la noche ya en Singapur, las semifinales de los 200 mariposa, con Summer McIntosh, quien se paseó para meterse segunda en la final (2m6s22) y la china Yu Zidi, que tiró de otro gran final para colarse octava en su segunda final (2m07s85). La española Laura Cabanes acabó decimosegunda (2m10s07), aunque le costó “el último 50, son sensaciones extrañas, algo ha fallado, hay que analizarlo, me sentí muy preparada”.
Cabanes, quien comentó que “la mariposa me escogí a mí, empezó a nadarla y se me daba bien y seguí”, reconoce que “alucinamos” con la china, con Yu Zidi, a la que ven de cerca: “Tiene cara de niña, pero no el cuerpo”. Y remata: “Yo con 12 años hacía 2:26…”. Este jueves peleará por una medalla.
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