En las 13 temporadas en las que el Barça ha viajado a Colonia a disputar la final four (de las 16 ediciones con este formato), pocas veces el ambiente en el último entrenamiento tenía un aire tan melancólico mezclado con el de la ilusión por levantar un nuevo título. Será ésta una final four con sabor a despedida. En el tradicional Media Day, el día de atención a la prensa, varios jugadores desfilaron rápido hacia el vestuario, a otros ni se les vio… Y los que se quedaron no lo podían disimular: que 10 compañeros dejen el equipo de golpe –de los 20 actuales– no es demasiado habitual. Y pesa. A algunos les duele.
Un Barça en pleno éxodo se conjura para regalar a los 10 jugadores que se van el mejor adiós con su 13.ª corona
En las 13 temporadas en las que el Barça ha viajado a Colonia a disputar la final four (de las 16 ediciones con este formato), pocas veces el ambiente en el último entrenamiento tenía un aire tan melancólico mezclado con el de la ilusión por levantar un nuevo título. Será ésta una final four con sabor a despedida. En el tradicional Media Day, el día de atención a la prensa, varios jugadores desfilaron rápido hacia el vestuario, a otros ni se les vio… Y los que se quedaron no lo podían disimular: que 10 compañeros dejen el equipo de golpe –de los 20 actuales– no es demasiado habitual. Y pesa. A algunos les duele.
“Es ley de vida”, se encoge de hombros un veterano de una plantilla que después de la final four de este fin de semana (hoy, semifinal ante el Magdeburg, 18.00) vivirá el mayor éxodo en la sección para dar paso a una profunda renovación del proyecto que seguirá pilotando Carlos Ortega. En la nómina de bajas hay pesos pesados como los excapitanes Gonzalo Pérez de Vargas y Aitor Ariño, Thiagus Petrus, Melvyn Richardson, Pol Valera, Hampus Wanne, Javi Rodríguez, Jaime Gallego, Juan Palomino y el portero Vincent Gérard (que suplió a Gonzalo).
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“Han sido unos meses convulsos, pero no creo que vaya a influir; si yo me fuera, querría hacerlo ganando”
El entrenador que ha sido artífice de las dos últimas coronas y aspira a una tercera en cuatro ediciones admite la incomodidad de este condicionante, pero confía en que no afecte al rendimiento de sus jugadores para levantar la 13.ª.
–El vestuario está bien ahora, han sido unos meses convulsos, es normal: no es lo mismo que un jugador decida por sí mismo irse a otro sitio por recibir una oferta mejor, que el club decida prescindir de él –comenta Ortega–. Todos son profesionales y después de un tiempo convulso están por lo que deben, que es la final four.
El malagueño, fraile antes que monaguillo en el Barça de Valero, confía en el hambre competitivo.
–Creo que [la salida de 10 jugadores] no va a influir, el equipo está totalmente concentrado. Todo el mundo tiene equipo y ha encontrado su futuro; todos quieren ganar. Si yo fuera el que se va, querría irme ganando. Los que se van y los que se quedan han dado mucho por el club, son unos campeones, y seguro que van a querer retirarse [del Barça] por la puerta grande –argumenta Ortega.
El rival
Aunque con siete derrotas fue cuarto del grupo B (liderado por el Barça), el Magdeburg es uno de los peores rivales para los blaugrana: es el equipo que más le ha ganado en el último lustro (un balance de 2-5, incluidas dos finales del Mundial de clubs, 2021 y 2022, y la semifinal de la final four del 2023). Se trata de un equipo sólido, muy nórdico (8 entre daneses, suecos, noruegos e islandeses), con Magnússon como mejor goleador (62), una buena portería con Portner y Sergei Hernández (futuro meta blaugrana en el 2026), y la batuta de Claar y Kristjansson.“Su juego se basa mucho en el uno contra uno, evita muy bien las faltas, juega muy bien sin balón, y son capaces de marcar en los últimos pases con golpes francos. Es un grandísimo equipo, con una defensa 6:0 muy fiable”, describe Ortega.
En los blaugrana se percibe un clima de conjura para regalarse la mejor despedida. Nadie duda del compromiso.
–Nos motiva mucho porque queremos acabar bien por los compañeros que se van. Llevo muchos años con Thiagus, con Aitor y Gonzalo, y la mejor manera de acabar es ganar la Champions –expone Tim N’Guessan (32)–. Depende de cada uno, pero yo he visto cómo todo el mundo está entrenando y no hay duda de la motivación. Tenemos un equipazo, y sobre todo muy buenas personas, y queremos acabar bien.
–No creo que nadie piense en el año que viene. Yo me lo voy a dejar todo para sumar otro título. Todos tenemos el compromiso por el club y por el compañero que está al lado. Es el mejor modo de despedirse –dice Ariño (32), el jugador del Barça de balonmano con más títulos (74) que en su adiós, antes de irse al Füchse, busca su 6.ª Champions en su 12.ª final four tras 20 temporadas en el club.
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–Se trata de ser profesional. Y cuando se acabe la temporada, cada uno mirará por su futuro. Pero hasta el último día hay que estar al pie del cañón e ir a por todas. La Champions sería una despedida épica y muy chula –señala Pol Valera, que se irá al Oporto tras dos cursos y medio en el Barça, en los que estuvo 7 meses de baja.
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