Vox no dará su brazo a torcer en las comunidades autónomas donde los presupuestos no han sido presentados y, si es necesario, rechazará cualquier tipo de acuerdo y forzará un adelanto electoral . En la sede nacional del partido en Bambú son sabedores del crecimiento que las encuestas les dan y, a pesar de tildarlas de «distracciones», muestran una posición de poder que podría provocar que los ciudadanos de Aragón o Extremadura tengan que acudir a las urnas de manera adelantada debido a la falta de cuentas.Tanto María Guardiola, presidenta de Extremadura, como Jorge Azcón, líder del Ejecutivo de Aragón, necesitan el apoyo de la formación liderada por Santiago Abascal para sacar adelante las cuentas autonómicas. Guardiola advirtió a finales de septiembre que habría elecciones si no se aprueban los presupuestos de 2026, un órdago que Vox toma como una oportunidad más que como una amenaza. Los de Abascal ya decidieron ausentarse de la mesa de negociación debido a la presencia de Miguel Ángel Gallardo, líder socialista en esta comunidad.Azcón, por su parte, todavía no ha amenazado con un adelanto aunque la situación política en esta comunidad autónoma es similar a la de Extremadura. Vox no apoyó los de este año y está aún por ver si respalda los del próximo ejercicio, algo que está haciendo que el líder popular en Aragón valore un llamamiento a las urnas en 2026. Según confiesan fuentes de Vox, aún no han sido contactados para negociar un acuerdo, aunque, advierten, como hizo el pasado miércoles el portavoz de Vox en la región, Alejandro Nolasco, que «no aceptarán chantajes» por parte de los populares. Noticia Relacionada estandar Si Podemos salva a Sánchez: convalida el embargo a Israel y aprueba la Ley de Movilidad Sostenible Juan Casillas Bayo y Patricia RomeroEl caso de Castilla y León es más complejo. Tras la salida de Juan García-Gallardo, exlíder del partido en la comunidad y exvicepresidente de la Junta tras discrepancias con el partido, la formación no ha conseguido consolidar un rostro que tenga la oportunidad de repetir los resultados electorales de 2022, que dieron la llave a Vox para entrar en un Gobierno autonómico por primera vez en su historia. Las elecciones se celebrarán, como tarde, el 15 de marzo –salvo si Sánchez adelanta las generales– y desde Madrid conocen que esta situación no es ideal, que no son tan «fuertes» en esta comunidad como en otras, y por todo ello no descartan la posibilidad de volver a conformar un Ejecutivo en coalición con el PP si se cumplen las condiciones que exigen. «Ellos saben cuál es el camino», declaran. La idea de un superdomingo electoral autonómico no cala en la formación de Abascal. Existe la posibilidad de que coincidan los comicios de Castilla y León en marzo con un posible adelanto en Andalucía –para garantizar la mayoría absoluta del popular Juanma Moreno–, en Aragón y Extremadura debido a la situación de bloqueo por los presupuestos. Vox, según comunican, prefiere darle importancia individual a cada proceso electoral. Para los de Abascal, los cambios de estrategia habituales de los populares evidencian que van «como pollo sin cabeza»La cúpula de la formación asume que su crecimiento no se basa en la confrontación directa con los demás partidos, sino en el establecimiento de un «nuevo hueco político» en España. Recuerdan, además, que ellos ponen por delante «la marca» frente a las personas y que si en algún momento Abascal decide dar un paso al lado y abandonar el proyecto, continuarían con la misma fuerza ya que se han consolidado en la política nacional. También reconocen que parte de su éxito se cimienta en los cambios en las políticas por parte del Partido Popular. El más sonado, según comentan, hace 14 meses, cuando los populares aceptaron el reparto de menores extranjeros no acompañados del Gobierno provocando la salida de Vox de los ejecutivos autonómicos. «El PP mete la pata cuando cambia de posición todo el rato» , declaran, siendo esa una de las posibles razones por las que los de Abascal están arrebatando votantes populares y, en algunos casos, de las formaciones de izquierdas, según datos internos que manejan. La última baza jugada por los populares para intentar recuperar los votos perdidos ha sido el endurecimiento en sus medidas de inmigración, siendo estas muy similares a las que Vox lleva pregonando desde hace años. Para los de Abascal, van «como pollo sin cabeza». Vox no dará su brazo a torcer en las comunidades autónomas donde los presupuestos no han sido presentados y, si es necesario, rechazará cualquier tipo de acuerdo y forzará un adelanto electoral . En la sede nacional del partido en Bambú son sabedores del crecimiento que las encuestas les dan y, a pesar de tildarlas de «distracciones», muestran una posición de poder que podría provocar que los ciudadanos de Aragón o Extremadura tengan que acudir a las urnas de manera adelantada debido a la falta de cuentas.Tanto María Guardiola, presidenta de Extremadura, como Jorge Azcón, líder del Ejecutivo de Aragón, necesitan el apoyo de la formación liderada por Santiago Abascal para sacar adelante las cuentas autonómicas. Guardiola advirtió a finales de septiembre que habría elecciones si no se aprueban los presupuestos de 2026, un órdago que Vox toma como una oportunidad más que como una amenaza. Los de Abascal ya decidieron ausentarse de la mesa de negociación debido a la presencia de Miguel Ángel Gallardo, líder socialista en esta comunidad.Azcón, por su parte, todavía no ha amenazado con un adelanto aunque la situación política en esta comunidad autónoma es similar a la de Extremadura. Vox no apoyó los de este año y está aún por ver si respalda los del próximo ejercicio, algo que está haciendo que el líder popular en Aragón valore un llamamiento a las urnas en 2026. Según confiesan fuentes de Vox, aún no han sido contactados para negociar un acuerdo, aunque, advierten, como hizo el pasado miércoles el portavoz de Vox en la región, Alejandro Nolasco, que «no aceptarán chantajes» por parte de los populares. Noticia Relacionada estandar Si Podemos salva a Sánchez: convalida el embargo a Israel y aprueba la Ley de Movilidad Sostenible Juan Casillas Bayo y Patricia RomeroEl caso de Castilla y León es más complejo. Tras la salida de Juan García-Gallardo, exlíder del partido en la comunidad y exvicepresidente de la Junta tras discrepancias con el partido, la formación no ha conseguido consolidar un rostro que tenga la oportunidad de repetir los resultados electorales de 2022, que dieron la llave a Vox para entrar en un Gobierno autonómico por primera vez en su historia. Las elecciones se celebrarán, como tarde, el 15 de marzo –salvo si Sánchez adelanta las generales– y desde Madrid conocen que esta situación no es ideal, que no son tan «fuertes» en esta comunidad como en otras, y por todo ello no descartan la posibilidad de volver a conformar un Ejecutivo en coalición con el PP si se cumplen las condiciones que exigen. «Ellos saben cuál es el camino», declaran. La idea de un superdomingo electoral autonómico no cala en la formación de Abascal. Existe la posibilidad de que coincidan los comicios de Castilla y León en marzo con un posible adelanto en Andalucía –para garantizar la mayoría absoluta del popular Juanma Moreno–, en Aragón y Extremadura debido a la situación de bloqueo por los presupuestos. Vox, según comunican, prefiere darle importancia individual a cada proceso electoral. Para los de Abascal, los cambios de estrategia habituales de los populares evidencian que van «como pollo sin cabeza»La cúpula de la formación asume que su crecimiento no se basa en la confrontación directa con los demás partidos, sino en el establecimiento de un «nuevo hueco político» en España. Recuerdan, además, que ellos ponen por delante «la marca» frente a las personas y que si en algún momento Abascal decide dar un paso al lado y abandonar el proyecto, continuarían con la misma fuerza ya que se han consolidado en la política nacional. También reconocen que parte de su éxito se cimienta en los cambios en las políticas por parte del Partido Popular. El más sonado, según comentan, hace 14 meses, cuando los populares aceptaron el reparto de menores extranjeros no acompañados del Gobierno provocando la salida de Vox de los ejecutivos autonómicos. «El PP mete la pata cuando cambia de posición todo el rato» , declaran, siendo esa una de las posibles razones por las que los de Abascal están arrebatando votantes populares y, en algunos casos, de las formaciones de izquierdas, según datos internos que manejan. La última baza jugada por los populares para intentar recuperar los votos perdidos ha sido el endurecimiento en sus medidas de inmigración, siendo estas muy similares a las que Vox lleva pregonando desde hace años. Para los de Abascal, van «como pollo sin cabeza».
Vox no dará su brazo a torcer en las comunidades autónomas donde los presupuestos no han sido presentados y, si es necesario, rechazará cualquier tipo de acuerdo y forzará un adelanto electoral. En la sede nacional del partido en Bambú son sabedores del crecimiento … que las encuestas les dan y, a pesar de tildarlas de «distracciones», muestran una posición de poder que podría provocar que los ciudadanos de Aragón o Extremadura tengan que acudir a las urnas de manera adelantada debido a la falta de cuentas.
Tanto María Guardiola, presidenta de Extremadura, como Jorge Azcón, líder del Ejecutivo de Aragón, necesitan el apoyo de la formación liderada por Santiago Abascal para sacar adelante las cuentas autonómicas. Guardiola advirtió a finales de septiembre que habría elecciones si no se aprueban los presupuestos de 2026, un órdago que Vox toma como una oportunidad más que como una amenaza. Los de Abascal ya decidieron ausentarse de la mesa de negociación debido a la presencia de Miguel Ángel Gallardo, líder socialista en esta comunidad.
Azcón, por su parte, todavía no ha amenazado con un adelanto aunque la situación política en esta comunidad autónoma es similar a la de Extremadura. Vox no apoyó los de este año y está aún por ver si respalda los del próximo ejercicio, algo que está haciendo que el líder popular en Aragón valore un llamamiento a las urnas en 2026. Según confiesan fuentes de Vox, aún no han sido contactados para negociar un acuerdo, aunque, advierten, como hizo el pasado miércoles el portavoz de Vox en la región, Alejandro Nolasco, que «no aceptarán chantajes» por parte de los populares.
El caso de Castilla y León es más complejo. Tras la salida de Juan García-Gallardo, exlíder del partido en la comunidad y exvicepresidente de la Junta tras discrepancias con el partido, la formación no ha conseguido consolidar un rostro que tenga la oportunidad de repetir los resultados electorales de 2022, que dieron la llave a Vox para entrar en un Gobierno autonómico por primera vez en su historia. Las elecciones se celebrarán, como tarde, el 15 de marzo –salvo si Sánchez adelanta las generales– y desde Madrid conocen que esta situación no es ideal, que no son tan «fuertes» en esta comunidad como en otras, y por todo ello no descartan la posibilidad de volver a conformar un Ejecutivo en coalición con el PP si se cumplen las condiciones que exigen. «Ellos saben cuál es el camino», declaran.
La idea de un superdomingo electoral autonómico no cala en la formación de Abascal. Existe la posibilidad de que coincidan los comicios de Castilla y León en marzo con un posible adelanto en Andalucía –para garantizar la mayoría absoluta del popular Juanma Moreno–, en Aragón y Extremadura debido a la situación de bloqueo por los presupuestos. Vox, según comunican, prefiere darle importancia individual a cada proceso electoral.
Para los de Abascal, los cambios de estrategia habituales de los populares evidencian que van «como pollo sin cabeza»
La cúpula de la formación asume que su crecimiento no se basa en la confrontación directa con los demás partidos, sino en el establecimiento de un «nuevo hueco político» en España. Recuerdan, además, que ellos ponen por delante «la marca» frente a las personas y que si en algún momento Abascal decide dar un paso al lado y abandonar el proyecto, continuarían con la misma fuerza ya que se han consolidado en la política nacional. También reconocen que parte de su éxito se cimienta en los cambios en las políticas por parte del Partido Popular. El más sonado, según comentan, hace 14 meses, cuando los populares aceptaron el reparto de menores extranjeros no acompañados del Gobierno provocando la salida de Vox de los ejecutivos autonómicos. «El PP mete la pata cuando cambia de posición todo el rato», declaran, siendo esa una de las posibles razones por las que los de Abascal están arrebatando votantes populares y, en algunos casos, de las formaciones de izquierdas, según datos internos que manejan.
La última baza jugada por los populares para intentar recuperar los votos perdidos ha sido el endurecimiento en sus medidas de inmigración, siendo estas muy similares a las que Vox lleva pregonando desde hace años. Para los de Abascal, van «como pollo sin cabeza».
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