Tras el estallido de las primeras protestas masivas en su contra desde el inicio de la guerra contra Rusia, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dio ayer jueves marcha atrás. Para acallar las críticas, tanto internas como de sus aliados europeos, aprobó un proyecto de una nueva ley para compensar la que el martes aprobó la Rada (que él ratificó) y que resta independencia a dos importantes agencias anticorrupción.
El presidente ucraniano da marcha atrás y presenta un nuevo proyecto de ley para garantizar “la independencia de las agencias anticorrupción”
Tras el estallido de las primeras protestas masivas en su contra desde el inicio de la guerra contra Rusia, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dio ayer jueves marcha atrás. Para acallar las críticas, tanto internas como de sus aliados europeos, aprobó un proyecto de una nueva ley para compensar la que el martes aprobó la Rada (que él ratificó) y que resta independencia a dos importantes agencias anticorrupción.
Zelenski anunció en la red social X que había aprobado el proyecto para presentarlo a la Rada (el parlamento unicameral ucraniano). Y declaró que el texto “garantiza el fortalecimiento real del sistema de aplicación de la ley de Ucrania (y) la independencia de las agencias anticorrupción”.
El líder ucraniano promete que el proyecto “preserva la independencia” de las agencias afectadas
El presidente ucraniano insistió en destacar que Rusia tenía influencia en las agencias anticorrupción, uno de los motivos con el que se había justificado la polémica ley. Zelenski subrayó que la nueva legislación “incluye instrumentos reales, excluye cualquier vínculo con Rusia y defiende la independencia de la NABU y la SAP”, la Oficina Nacional Anticorrupción y la Fiscalía Especial Anticorrupción de Ucrania, que habían quedado subordinadas a la oficina del fiscal general, un cargo que nombra el propio presidente.
El pasado lunes las fuerzas del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) realizaron registros en las oficinas de la (NABU) y detuvieron a dos de sus investigadores bajo sospecha de tener vínculos con Rusia.
Surgieron entonces las primeras críticas entre quienes pensaban que era una maniobra para poner a estos órganos bajo el escrutinio del poder, ya que en estos casi tres años y medio de guerra las dos agencias han presentado cargos contra diputados, altos funcionarios del gobierno y un exvicejefe de la Administración de Zelenski.
Pero el martes la Rada aprobó una ley que limitaba la independencia de ambos órganos, poniéndolas a las órdenes del fiscal general. A las pocas horas, miles de personas en varias grandes ciudades ucranianas, incluida la capital Kyiv, salieron a la calle en las primeras manifestaciones contra Zelenski desde el inicio del conflicto armado con Rusia.
Desde la Unión Europea se reaccionó con preocupación, ya que la NABU y la SAP se crearon en 2015, un año después de la revolución prooccidental del Maidán, para combatir la corrupción y facilitar las reformas que pongan a Ucrania en la senda de la integración en la UE. Los manifestantes que estos días han salido a la calle creen que la ley que Zelenski no quiso vetar pone al país en peligro de descarrilar en este objetivo.
Y lo mismo se piensa en la UE. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, “transmitió sus profundas preocupaciones sobre las consecuencias de las enmiendas, y solicitó explicaciones al Gobierno ucraniano”, dijo el miércoles un portavoz de la Comisión. La comisaria para la Ampliación de la UE, la eslovena Marta Kos, escribió en X que la medida suponía “un paso atrás”.
Pero la rectificación de Zelenski podría dar con la tecla para arreglar el desaguisado. De momento, la Comisión Europea aplaudió ayer que el presidente ucraniano se haya abierto a rectificar. “Entendemos que las autoridades ucranianas han adoptado un nuevo enfoque, han propuesto un nuevo plan de acción o ley. Damos la bienvenida a que el Gobierno ucraniano esté actuando y trabajaremos con ellos para asegurar que nuestras preocupaciones son tenidas en cuenta”, declaró en rueda de prensa Stefan De Keersmaecker, portavoz de la institución.
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